miércoles, 13 de octubre de 2010
Releer la historia
Me descubre Sofi, 6 años, terminando una novela. Me dice: "cuánto que leíste!". Entonces le cuento que me da tristeza cuando estoy llegando al final de un libro. "¿Por qué?", pregunta. Trato de explicarle esa sensación de duelo que tengo cuando una historia se acaba, "porque no quiero que se termine", digo, "porque los voy a extrañar". Sofi me mira con cara de que no entiende del todo de lo que le hablo, (creo que entinde la parte del "no quiero que se termine" pero no la parte de la trsiteza) y finalmente me dice "y leelo otra vez". En ese instante entendí dos cosas: una, por qué los chicos tienen esa fascinación por escuchar la misma historia cien veces, y la otra, que para un adulto no hay posibilidad de volver a leer la misma historia, aún cuando efectivamnete decidiera empezar el libro otra vez. Y ahí me di cuenta de que no sólo se reescribe la persona sino que también se relee la persona. Quizá por eso tengo esa sensación cuando voy llegando a las páginas finales de un libro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
me gustó la idea de reescribir y releer historias y personas, A.
ResponderEliminarreleer un libro es lo mismo que "tratar de volver al lugar donde fuiste feliz"... y eso, como dice joaquinito, no se debe hacer :)
ResponderEliminarKity