jueves, 29 de diciembre de 2011

Youth

Dejo una cita del último libro que leí, "Youth" de JM Coetzee. Es lo primero que leo de él y me gustó bastante.

"Normal people find it hard to be bad. Normal people, when they feel badness flare up within them, drink, swear, commit violence. Badness is to them like a fever: they want it out of their system, they want to go back to being normal. But artists have to live with their fever, whatever its nature, good or bad. The fever is what makes them artists; the fever must be kept alive. That is why artists can never be holly present to the world: one eye has always to be turned inward."

("A la gente normal le cuesta ser mala. La gente normal, cuando siente un brote de maldad dentro de ellos, beben, maldicen, cometen actos de violencia. La maldad es para ellos como una fiebre: la quieren fuera de su sistema, quieren volver a ser normales. Pero los artists tienen que vivir con su fiebre, cualquiera que sea su naturaleza, buena o mala. La fiebre es lo que los hace artistas, la fiebre debe mantenerse viva. Es por eso que los artistas nunca pueden estar del todo presentes en el mundo: un ojo siempre tiene que estar mirando hacia adentro.")

lunes, 7 de febrero de 2011

El otro cielo (Julio Cortázar)

Hice un curso en el Malba que, entre otros, me hizo releer este gran cuento de Cortázar. El curso fue bastante aburrido en general pero la relectura de este pasaje fue suficiente para que valiera la pena:

“Todavía hoy me cuesta cruzar el Pasaje Güemes sin enternecerme irónicamente con el recuerdo de la adolescencia al borde de la caída; la antigua fascinación perdura siempre, y por eso me gustaba echar a andar sin rumbo fijo, sabiendo que en cualquier momento entraría en la zona de las galerías cubiertas, donde cualquier sórdida botica polvorienta me atraía más que los escaparates tendidos a la insolencia de las calles abiertas. La Galerie Vivienne, por ejemplo, o el Passage des Panoramas con sus ramificaciones, sus cortadas que rematan en una librería de viejo o una inexplicable agencia de viajes donde quizá nadie compró nunca un billete de ferrocarril, ese mundo que ha optado por un cielo más próximo, de vidrios sucios y estucos con figuras alegóricas que tienden las manos para ofrecer una guirnalda, esa Galerie Vivienne a un paso de la ignominia diurna de la rué Réau—mur y de la Bolsa (yo trabajo en la Bolsa), cuánto de ese barrio ha sido mío desde siempre, desde mucho antes de sospecharlo ya era mío cuando apostado en un rincón del Pasaje Güemes, contando mis pocas monedas de estudiante, debatía el problema de gastarlas en un bar automático o comprar una novela y un surtido de caramelos ácidos en su bolsa de papel transparente, con un cigarrillo que me nublaba los ojos y en el fondo del bolsillo, donde los dedos lo rozaban a veces, el sobrecito del preservativo comprado con falsa desenvoltura en una farmacia atendida solamente por hombres, y que no tendría la menor oportunidad de utilizar con tan poco dinero y tanta infancia en la cara.”

miércoles, 2 de febrero de 2011

Esto me preocupa




La pila de libros en la mesa de luz llegó a la altura del velador. Esto puede querer decir dos cosas: que estoy descubriendo muchos libros o que estoy leyendo poco. Me inclino por la triste verdad de la segunda. A ponerse a leer!

lunes, 10 de enero de 2011

Sin ver

Haciendo orden de diversos backups, luego de inconvenientes informáticos, encontré algunas cosas que escribí en mi primer taller de escritura, en el San Martín. Taller que recuerdo con mucho cariño y bastante añoranza. Esto es algo que rescaté, un germen de algo, quizá de algún texto fututo, quizá una parte de mí que todavía llevo conmigo, quién sabe.

Adentro
¿De qué?
Estando afuera estoy adentro también
¿De qué?
Fronteras infranqueables.
Límites movedizos me incluyen y me excluyen.

Cuando entro ya salí.
Atravieso el espesor y veo el afuera.
El afuera de adentro.
El afuera profundo.
Lo profundo que es plano
¿Entonces hay profundo?

Si hay espacio hay profundo.
No siempre.
Profundo también es el plano, que se mueve en el espacio.
Como el límite.
Si hay espacio hay adentro.
Y afuera.
No siempre.

El límite se mueve como el plano en el espacio.
El espacio profundo.
Que no tiene límites.

Miro. Hacia adentro. Sin ver.

Miro. Hacia afuera. Sin ver.

Miré hacia el mismo lugar. Dos veces. Sin ver.

Atravesé lo profundo. Sin hundirme. Sin ver.

Lo profundo era plano.
No había espacio.
Ni límites.
Algo se movía.